Tintos, blancos, rosados, espumosos… y azules. Una compañía española ha sido la encargada de que los más expertos enólogos y fanáticos del vino pongan el grito en el cielo con su creación: una familia de vino azul.
Tras la tradición que hay en España alrededor del vino, llega Gïk Live! para traernos una imagen fresca y vigorosa. Y literalmente, porque el tinte de sus bebidas es azul. Se trata de una start-up vasca que, contra todo pronóstico, ha conseguido hacerse con su nicho en el sector del vino, vendiendo su vino azul por más de 25 países. Pese a las duras críticas que han recibido los cinco jóvenes detrás de la imagen de este peculiar vino azul, Gïk Live! no se rinde y apuesta fuerte por su producto, cuidando todos los aspectos del I+D.
Apuestan por la customización del sabor de su producto a cada cultura en la que se vende – desde nuestros vecinos Francia y Alemania hasta países más exóticos como Malasia o Corea del Sur. Todo ello sin descuidar ninguno de los pasos de su proceso de elaboración.
Y… ¿cómo se hace el vino azul?
Innovador, horizontal, dulce, azul, digital, revolucionario… estos son sólo algunos de los conceptos con los que Gïk Live! se define para combatir con un sector dominado por empresas centenarias, temeroso por explorar más allá de sus fronteras maduras y tradicionales.
No cuentan con Denominación de Origen adrede: su vino azul se produce en distintas localidades españolas para atender a su filosofía cosmopolita y centrada en el destino del vino, no en su origen.
Para su elaboración, mezclan tecnología con naturaleza:
1. Mezclan uvas tintas y blancas
2. Añaden un pigmento propio de la uva negra, la antocianina
3. Añaden otro pigmento – el azul índigo (o indigotina), un compuesto ecológico utilizado frecuentemente como colorante alimenticio
4. Y por último, añaden edulcorantes no calóricos
Reyes del mercado contra todo pronóstico
Al vino azul de Gïk Live! se le ha calificado de «blasfemia» o «anti-vino». Una creación horrenda para los más conservadores que, sin embargo, sigue el mismo camino que la ginebra de Puerto de Indias, caracterizada por su particular tonalidad rosada. Un híbrido de ginebra y licor de fresa que surgió por error y que está desafiando exitosamente la tradición del mundo del licor.
Los españoles no nos caracterizamos por acoger a la innovación con brazos abiertos. Gïk pretende cambiar nuestra mentalidad comenzando por un mercado tan clásico como el del vino. De acuerdo con sus creadores, “cuando bebes Gïk estás bebiendo innovación. Estás bebiendo creación. Estás rompiendo las reglas existentes e inventando nuevas. Y estás reinventando la tradición”.
Os animo a que probéis el vino azul que está dando tanto de qué hablar. Podéis adquirirlo en su tienda online y juzgar por vosotros mismos si será un vino que quede para la posteridad o si, por el contrario, acabará sumido entre los recuerdos de modas millennial.
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